Lo comprobamos día a día en nuestro colegio: apenas desayunamos un vaso de leche, picamos una bolsa de "salados" en el recreo, comemos de microondas y cenamos frío... El ritmo que nos impone la sociedad, o el que nos imponemos a nosotros mismos teniendo que dedicar infinitas horas al ciberespacio nos están apartando de uno de nuestros principales activos como país: la comida.
Nos gusta la pasta, pero no la verdura. Amamos la carne, pero ni ver el pescado. Devoramos dulces, pero nos horroriza la fruta. Y así hasta convertirnos en meros masticadores de alimentos en vez de degustadores de uno de los mayores placeres del mundo: la comida.
Desde este blog os animamos a perder un ratito en la cocina cada mañana para que esto:
esto
y esto
De momento os recomendamos esta película para ver qué sucede con nuestro cuerpo si nos alimentamos a base de comida basura:
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