9.10.06

HUMOR SOVIÉTICO.

Erase una vez, hace mucho, mucho tiempo, cuatro hermanos que, siendo aún niños, fueron al campo y le compraron a un viejo campesino un burro por 100 euros.
El anciano acordó entregarles el animal al día siguiente. Pero, llegado el día siguiente, el campesino les dijo:
- Lo siento, amigos, pero tengo malas noticias. Se me murió el burro.
- Entonces, devuélvanos nuestro dinero- dijeron ellos.
- No puedo. Ya me lo gasté.
- Entonces, de todas maneras queremos el burro.
- ¿Y para qué lo quieren? ¿Qué van a hacer con él?
- Lo vamos a rifar y recuperaremos nuestro dinero.
- ¡Están locos! ¿Cómo van a rifar un burro muerto?.
- No le vamos a decir a nadie que está muerto, por supuesto.
Un mes después el viejo campesino se encontró nuevamente con los hermanos y les preguntó:
- ¿Y qué pasó con el burro?.
- Como le dijimos, lo rifamos. Vendimos 100 números a 2 euros cada uno y cobramos 200 euros.
- ¿Y nadie se quejó?- replicó el viejo campesino.
- Sólo el ganador. ¡Pero a él le devolvimos sus 2 euros y listo!.
MORALEJA: los hermanos crecieron y, cuando fueron adultos, fundaron un banco.

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