
Desde un principio, el proyecto parecía arriesgado: unir 37 destinos con apenas 9 aviones. Así, al poco de su andadura como empresa, siete de los nueve socios fundadores decidieron abandonar y volver a sus inversiones principales.
Ya en 2005, la situación de precariedad de medios de la empresa condujo a una situación insostenible: los retrasos e incumplimientos de las condiciones de vuelo se hicieron patentes, por lo que se empezó a especular con posibles sanciones por parte del Ministerio de Fomento, que es el organismo público del que dependen las licencias de vuelo en España.
Recientemente, ante la problemática que planteaba la empresa, Air Madrid decidió unilateralmente dejar de operar, dejando decenas de miles de afectados en todo el mundo: trabajadores y clientes.
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